Bernie Ecclestone (81 años, Suffok, Inglaterra), el supremo de la Fórmula 1 ha llenado el paraíso de los coches de cláusulas de confidencialidad.Una premisa marca su paso: "Un caballero nunca habla de dinero ni de lo que hizo la noche anterior". Nadie puede hablar de pasta, de lo que pagan o dejan de pagar, porque se exponen a una penalización contractual. No lo hará el reino de Bahréin, la primera suspensión de una cita en la F-1 desde 1995. Ecclestone maneja un tinglado que mueve 2,7 billones de euros al año, según el último estudio de la revista inglesa F-1 Racing —un emporio del automovilismo—, y lo hace con un manual inalterable: negocia con una persona (dos a lo sumo) por cada carrera y nunca habla de dinero.
Ecclestone y el príncipe de Bahréin (foto: EPA) |
"Llama a Putin y siempre le coge el teléfono», explica una persona que conoce su modus operandi. Queda con el príncipe de Bahréin para que sea el propio país quien comunique oficialmente la cancelación de la carrera y así se hace. En España tiene línea directa con dos personas, a las que ha entregado su teléfono y su confianza: el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, y el presidente del RACC, el empresario Sebastiá Salvadó.
A Rusia llevará la Fórmula 1 en 2013 (circuito de Sochi) a cambio de recibir 30 millones después de pactar precio y cláusulas con su amigo Putin. En Corea del Sur traspasó la ley a hurtadillas, en el silencio administrativo del teléfono rojo. Convenció a los altos mandos del país asiático, dicen que incluso al presidente Lee Myung Bak, para que hiciesen la vista gorda sobre Red Bull durante cuatro días en el gran premio del pasado 24 de octubre. La bebida energética está prohibida en Corea por su composición excitante, pero los coches de Vettel y Webber no tuvieron ningún problema para competir y lucir la vistosa publicidad de los toros rojos. El tío Bernie movió los hilos.
El dueño del mayor producto de márketing deportivo del mundo vuelca su intelecto en único color: el verde de los billetes de dólar. «El mundo se mueve hacia Asia. Europa tiene que pagar más». Radical en su planteamiento, Ecclestone cuestionó un tótem de su deporte, el gran premio de Mónaco. «Tiene que pagar», sentenció el verano pasado ante el tributo cero de la carrera más famosa de la F-1. «Sólo hay dos marcas de valor imprescindibles: Ferrari y Fórmula 1. Sin Mónaco podríamos vivir».
Un tipo singular en los negocios al que ha ridiculizado su ex mujer en una biografía no autorizada, «No Angel». Sladica Radic lo llamaba «enano» y se quejaba en voz alta de no tener sexo con su marido.
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