(Esta es una historia verídica que le ocurrió a Lyubov Kashtanova, una ciudadana de Rusia, natural del poblado de Sosnovobórsk, provincia de Penza).
Esto me sucedió en diciembre de 1967. En ese entonces tenía 16 años, apenas me había casado y estuve embarazada. En ese día, cuando salí del trabajo para tomar el refrigerio, caía nieve densa. El camino se intersectaba con dos vías férreas.
Se puede decir como que las líneas estaban tendidas desafortunadamente porque a menudo la gente moría bajo las ruedas de los trenes. Porque la víctima siguiente, casi fui yo...!
Cuando me acerqué a la línea férrea, a lo largo de mí se desplazaba un tren con vagones a toda velocidad. Esperé, hasta que pase por completo y después dí un paso a través de la riel cercana de la pista. Y de repente se oyó un grito desesperado por mi espalda: "el tren!".
Resultó, que por mi vía se acercaba velozmente otro tren con vagones. De la sorpresa, me caí. Mis manos se encontraban sobre una riel, y mis pies, sobre el otro, y yo en el medio!. Levanté la cabeza, miré hacia la
izquierda y me dí cuenta que no tenía ninguna posibilidad para salvarme. La locomotora estaba tan cerca que mi mirada se encontró con la mirada de los ojos redondos aterrorizados del conductor del tren.
La verdad es que no se por qué no me asusté por completo. Se me vino la idea: "Bueno, me golpeará la cabeza, y después ya no sentiré nada".
En sí, tuve que resignarme con mi suerte. Sin embargo, mis manos, de cierto modo e independientemente de mi conciencia, de todos modos tiró de mi cuerpo hacia un lado, y mis piernas les comenzaron a ayudar. Despacio y muy lentamente, sin escuchar nada alrededor, me arrastré casi por completo por debajo del tren, sin pensar en nada y sin ninguna esperanza. Apenas quité los pies de los carriles, por él retumbó el tren con los vagones. Oí, desde arriba, las malas palabras del conductor desesperado, que pasó como si volara por mi encima, alcanzando a gritar lo que piensa "sobre esta idiota".
Como antes, sin estar asustada, me levanté de la nieve, me sacudí y seguí mi camino. A mí encuentro se dirigió una anciana, testigo de lo ocurrido. "Reza, hija, porque los ángeles te han salvado. ¡Porque tú misma, no lo podrías haber hecho!", me dijo.
Más tarde, los testigos me contaron, cómo todo esto se vió desde el exterior. Resulta, que el tren se desplazaba con estrépito a una velocidad vertiginosa. Las posibilidades para salvarme, eran realmente nulas. ¡Pero, para mí todo fue algo diferente! Los acontecimientos ocurrieron, como en cámara lenta, y alrededor todo era un silencio absoluto, en el momento en que el peligro pasó. Muchos, después me preguntaban, cómo me las arreglé para salir ilesa. ¿Qué podía responderles? Una testigo, después de muchos años se alejó de mí, de horror supersticioso.
A propósito, de todos modos me asusté, aunque sólo después. Ese tren se me apareció en sueños aún medio año antes de dar a luz, causándome un horror retardado.
Quiera o no quiera, pero me puse a reflexionar: ¿cómo es que logré salvarme? Una vez, en una revista de divulgación científica leí acerca de la cápsula del Tiempo. Que dice, que: en el minuto del peligro mortal la persona crea a su alrededor una cápsula especial, en la que el tiempo transcurre a una velocidad diferente. ¿Tal vez, eso fue lo que precisamente me ocurrió a mí?. Y Ud., que piensa, que fuerza cree que me salvó?.
Esta historia se parece al fenómeno del Ángel que ocurrió en una carretera en Argentina.
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Publicado por Mauritz. (ref.: Esoreiter.ru)
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